sábado, 29 de noviembre de 2014

Los miércoles son extraños.

Los miércoles son extraños, extraños pero divertidos.
El despertador suena sobre las ocho, sobre las ocho y cinco, sobre las ocho y diez, sobre las ocho y quince, sobre las ocho y veinte…y acabo levantándome sobre las nueve, porque a las nueve menos cuarto suelo estar soñando que vivo en una isla paradisíaca llena de pequeños monitos y que tengo un estudio luminoso donde pintar y escribir. 
Me levanto tosiendo onomatopeyas, pero con ganas, y de pronto, como si Tamariz me hubiera dado su último soplo de aire, de entre mis bostezos emerge un enorme bocadillo blanco y pienso: “Soy una perífrasis, no puedo seguir así”. Y justo luego emerge otro y entonces pienso: “O sí”.
                                                                                                                   

 Miriam Fraga. 

martes, 25 de noviembre de 2014

Crónica de la primera sesión (19 Noviembre 2014).

Ocho personas reunidas en una sala. Miriam, Rosalía, Ignacio, Raúl, Andrés, Jose, Miguel Ángel y Javi. Un interés común: querer escribir más y mejor.
Cierta reticencia y unas expectativas algo difusas. Timidez inicial y poca participación para, poco a poco, ir dando rienda suelta a palabras, emociones y letras primero escritas y luego leídas ante el resto de compañeros/as. Intercambio de intereses literarios, confrontaciones de opiniones en un clima distendido y agradable donde tod@s estuvimos muy cómod@s (o, al menos, era lo que se palpaba).
 
La "interpretación psicológica" no tardó en salir pero, sin embargo, no llegué a sentirme como un conejillo de Indias al que están analizando con experimentos de laboratorio porque, realmente, yo también estaba un poco con la "alerta" activada.
 
PNL (Programación neurolingüística -más info: http://es.wikipedia.org/wiki/Programaci%C3%B3n_neuroling%C3%BC%C3%ADstica-), "aprehender" a escribir para canalizar, definir e identificar las emociones. Y hacerlo de la forma "más bella" (incluyendo la "belleza de lo feo"), más salvaje y más de verdad posible.
 
En lenguaje comercial, se habla de "palabras negras" o prohibidas. Cuando el/la teleoperador/a de turno te atiende cuando llamas hecho una furia y desesperado tras haberte pasado más de diez minutos pidiéndole a locuciones automáticas que te atienda una persona humana que te resuelva lo que desde el momento en que lo consigues deja de ser tratado como un "problema" y se convierte en una "incidencia" con solución.
En términos de la "psicología positiva", referirnos a un "problema" despierta nuestro sistema de alerta y nos predispone a emociones negativas. En cambio, si nos referimos a ello como a una "dificultad" en lugar de un "problema" parece como que la cosa se suaviza y ya no es tan dramático.
 
Eso es sólo una de las muchas variables a tener en cuenta que influyen sobre los mensajes que queremos transmitir a l@s demás. No sólo el lenguaje verbal, también  condicionan en la recepción de su contenido todas las vertientes de la cinésica.
 
Andrés cita el refrán de Coser la piel de la foca con huesos de foca, al que todavía estoy dándole vueltas porque no termino de entenderlo del todo; y añade, con una admirable capacidad de síntesis, que, para él, escribir le ayuda al "autorreconocimiento no valorativo". Se puede decir más alto pero no más claro.
 
En general, ante la pregunta de por qué escribimos, tod@s respondimos que, de una forma o de otra, por necesidad; y una necesidad siempre implica una carencia, un dilema -puntualiza Miriam-.
El cristianismo como religión evangelizadora, por ejemplo, se vale de la parábola y cuentan que Lewis Carroll consumía LSD (http://es.wikipedia.org/wiki/LSD), lo que le inspiraría para desarrollar la obsesiva persecución del conejo de Alicia.
 
 
 
 
 
 
 
Se citan también, entre otras, Drácula de Bram Stoker, La comedia humana de Balzac, calificada como "uno de los mayores proyectos narrativos de la historia de la literatura" o Rebeca de Daphne du Maurier, que Rosalía contó haber leído hace años y que alcanzó popularidad con la adaptación cinematográfica de Alfred Hitchcock.
 
Se propone, por otro lado, recuperar el correo postal. Raúl nos cuenta que solía mantener mucha correspondencia con muchas personas y que cada vez escribe menos cartas. Hablamos de que podríamos recuperar esta sana y cada vez más abandonada costumbre mandándonos cartas (en papel, de "las de toda la vida") entre nosotros/as.
 
A colación de los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós como lectura citada por Ignacio, y tras la propuesta de Miriam de que también estaría bien que recuperáramos textos que hubiéramos escrito hace años para completarlos o actualizarlos, Andrés sorprende con una novela que escribía por entregas en plan Herbert George Wells (http://www.psicomundo.com/foros/periodismo/marte.htm) que tituló El robo al trofeo Carranza, prometedor título que nos despertó la curiosidad a todos/as, por lo que pedimos a su autor que intentara localizarla para traérnosla en próximas sesiones.
 
Miriam nos preguntó si nos importaba ser fotografiados, ante lo que Jose dijo que no le gustan las fotos, por lo menos las de cara porque finalmente aceptó que fotografiara sus manos, igual que Rosalía. Andrés prefirió que se fotografiaran los escalones de una escalera como imagen gráfica de sí mismo; y el resto no tuvimos problema (corrección: inconveniente, palabra en positivo) en posar para el objetivo de la cámara. Las fotos serán para una nueva dinámica que realizaremos en la siguiente sesión.
 
A raíz del tema de la fotografía, salió el del arte en general y el de la belleza y la estética, en abstracto. De nuevo, "la belleza de lo feo". Como representante del "realismo sucio", Miriam propone lo soez de las obras de Bukowski (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bukowski.htm), obsesionado por la temática del sexo en su vertiente más animal (La senda del perdedor; Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones o La máquina de follar, son algunas de sus obras junto a recopilaciones de poemas como El amor es un perro del infierno).
 
 
Sin entrar, obviamente, en valoraciones morales, destaca la capacidad de Bukowski de relatar "de una forma bella" ("belleza de lo feo") la violación que un viejo comete con una niña.
Con la escritura se puede llegar a contar algo tan aborrecible como eso, e incluso se puede llegar a hacer cumpliendo ciertos "patrones de exquisitez lingüístico-artística" y obtener un resultado muy interesante a nivel estrictamente literario.
 
Se anticipa la idea de hacer un slam de poesía (http://es.wikipedia.org/wiki/Slam_(poes%C3%ADa) en unas semanas, allí mismo, en la sede de la asociación.
 
Pasamos, después, a realizar la dinámica "Cinco palabras". Miriam nos entrega a cada uno/a un papel con cinco palabras para que las utilicemos como "disparadores creativos", redactando, a partir de ellas y utilizando las cinco, un texto de máximo cinco líneas en verso o en prosa (ella manifiesta su predilección personal por el verso, más aún, por la "poesía existencialista").
 
Los resultados son muy muy interesantes.
 

 
A partir de esta frase del filósofo alemán Wittgenstein, Miriam señala la importancia de saber expresar, verbalizar, pintar, esculpir, teatralizar, etc el mayor número de cosas posibles para enriquecer nuestros mundos lo máximo posible.
 
Me mola la idea y caigo en preguntarme si todos los idiomas tienen el mismo número de palabras en su vocabulario. Antes de preguntarlo en alto, me respondo a mí mismo. Es evidente que no, pero... ¿es muy abismal la diferencia entre una lengua y otra? Esa pregunta ya me parece un poco menos chorrada, y decido hacerla. Parece que la cosa depende del nivel de conceptualismo de cada una. El castellano por ejemplo, es muy rico en semántica y dispone de muchas palabras sinónimas que pretenden resaltar matices, o añadir o restar acepciones.
 
No sé si es de cosecha propia o prestada de cosecha ajena, pero tomé nota literal de una frase que dijo Miriam después y que me gustó (soy un poco Don TomaApuntesRepelente, sí, lo siento): "Escribir es la manera más fidedigna de encontrar un equilibrio entre lo de dentro y lo de fuera".
 
Sigue sorprendiéndome, después, demostrando amplios y metafísicos conocimientos que me hacen tener remordimiento por haberla considerado al principio algo altiva y soberbia (se  lo puede permitir, con lo que, para mí, deja de serlo; además, también he de confesar haber sentido cierta envidia por ver que está llevando el taller mejor de lo que lo hubiera llevado yo, y lo digo de corazón, sin acritud alguna); comentando apuntes sobre la "Filosofía del lenguaje" y remitiéndose al "Libro del Tao" o "Tao Te Ching", del gran -para mí, hasta hoy, sólo "de oídas"- Lao Tse (merece la pena echarle un vistazo a este enlace al respecto: http://www.gorinkai.com/textos/tao.htm) o de "El arte de la guerra" de un tal Sun Tzu -mi fuente está siendo internet (http://www.bradanovic.cl/3stpral.htm), si estoy metiendo la pata, por favor que me lo diga alguien- autor real o imaginario, Confucio (del que también sé poco más que Miss Panamá, "chino-japonés de lo más antiguo", según ella) y la sabiduría oriental.
 

 
He sentido la necesidad de compartir este video por introducir el punto de humor en un post tan coñazo como el que estoy escribiendo porque yo no puedo parar de reírme por más que lo siga viendo, y no tanto por la burla (ya digo, que yo sobre Confucio sé lo mismo que la miss) sino por la nula agilidad de la pobre para salir del paso.
 
Cuando ya todos/as habíamos terminado nuestro texto de cinco líneas partiendo de los disparadores creativos que cada uno había elegido aleatoriamente (los míos fueron: sencillez-mentira-obstáculo-ardilla-búsqueda), Miguel Ángel seguía intentando terminar de darle forma al suyo y, cuando Miriam le preguntó, confesó estar agobiándose un poco porque no estaba siendo capaz de decir lo que quería decir en su texto; así que fue premiado con el recurso de hinchar un globo, escribir sobre él la palabra "agobio" y luego sentarse encima para explotarlo, simbolizando así también la explosión de ese sentimiento (genial la dinámica-performance, me encantó porque además consiguió que Miguel Ángel terminara su texto y nos lo leyera también a los/as demás).
 
Miriam también aprovecha la coyuntura para explicarnos que las taquicardias responden a un sistema de alerta que genera un bombeo mucho más rápido del habitual en nuestro corazón para prevenirnos (más bien avisarnos) de situaciones de peligro, respuesta a un estímulo para provocar la reacción de la alerta. Cositas del complejo sistema nervioso simpático y parasimpático que no siempre nos juega malas pasada. Y como una imagen vale más que mil palabras, ahí van dos que he encontrado con google:
 
 
 
 
Conclusión: salí del taller encantado y con ganas de más. Algo avergonzado por envidioso de Miriam y sus precoces tablas pero con el propósito de reconvertir ese sentimiento en reto e intención de cooperación con ella para aportar lo poquito que yo pueda aportar y "absorberle" a ella el mayor número de información posible (para que luego digan que está juventud no sale preparada de las universidades, acepta este piropo de corazón, Miriam, y mi más sincero agradecimiento por el genial arranque que diste para TU taller).
 
Por mi parte, deseando que llegue el día de la siguiente sesión y con pena de perderme las que haya durante el mes de diciembre.
 
PD.: Ah, que también me llevé de allí el título para este MI blog cuando Miriam dijo que  como a ella no le gustaba entrar en etiquetas o diagnóstico alguno, prefería, en todo caso, hablar de "enfermedad escritora". Yo opino que si hay que reconocer que todos/as tenemos un "tirito dao en er coco" mejor canalizarlo con algo productivo y enriquecedor como la escritura.
 
 
 
 

 


L@s escritor@s, como artistas, ¿también estamos condenad@s a ser un@s "muert@s de hambre"?


Echadle un vistazo a este vídeo a ver qué opinas...
 
 
 
 

Todos los miércoles a las 10:30hrs. ¡Anímate a escribir!


Preguntas y respuestas del/la escritor/a novel.


1-. ¿Por qué se escribe?

...

2-. ¿Por dónde empezar?

Tener claro si se sabe por qué nace esa necesidad de escribir y hacia dónde queremos que nos lleve: tener claro qué escribir. Empezar por las mismas palabras que acudan a ti.
Proverbio árabe: "Una palabra dicha se convierte en un cuento".
 
¿Y por qué no una sola palabra? La que se te acaba de ocurrir ahora mismo: divídela en sílabas, cada sílaba genera otras palabras.
 
O empezar de un fragmento: el de un recuerdo, el de un sueño, el de una observación; hasta tener los cimientos de la construcción.
 
3-. ¿Hay que tener talento para escribir? ¿Es una disposición innata?
 
El oficio es producto de la práctica constante, de la experiencia. El escritor se hace escribiendo: no hay talento sin constancia. Es posible que sea la consecuencia de la lucha por averiguar "quién soy", "quién es mi escritura" o "desde dónde escribo".
 
4-. Quiero escribir, pero no lo consigo...
 
Si te cuesta ponerte a escribir o las ideas desfilan atropelladamente por tu cabeza pero no llegan coherentes al papel:
 
-Escribir borradores; continuaciones del pensamiento. No hay que corregirlos.
-No hay que escribir en orden lógico necesariamente; escribir partes aisladas del total.
-Prevé cómo empezarás al día siguiente.
-En lugar de buscar cosas nuevas, retoma lo ya escrito.
-Si te frenas a escribir algunas cosas, escribe sobre el miedo para que las ideas se reacomoden.
-Escribir no es una actividad obligatoria y no hay que tomárselo como un trabajo.
-Tomarse el tiempo necesario para que las ideas tomen forma.
 
5-. ¿Se entrena la creatividad?
 
Sí. Vive y apunta lo que ves, lo que te dicen, lo que piensas, lo que escuchas. El entorno puede facilitar o dificultar el pensamiento creativo. Prepara tu lugar ideal para escribir, con tranquilidad, para que nadie te moleste. Intenta llevar un registro de tus ocurrencias, enriquece la asociación de ideas e induce la concentración. Escribe todos los días.
 
Imagina un viaje de afuera hacia dentro y otro de adentro hacia fuera de ti mismo y escribe durante el viaje. Contempla las nuevas percepciones y escribe sobre ellas.
 
6-. Si te aborda la ansiedad...
 
Colócala en un personaje y hazlo actuar en consecuencia a los síntomas de ésta. Apunta las ideas que surjan y no te preocupes por perder otras por el camino, porque las ideas van y vienen.
 
7-. ¿Cómo se organiza un escritor?
 
Dos cuestiones importantes: una de ellas es saber a partir de qué uno o una es capaz de escribir con seguridad. Puede ser ponerse en estado de confesión y escribir como contar un secreto, o hacerlo observando el entorno, o recurriendo al azar.
 
La otra cuestión es intentar fijar un horario en el cual se realice un trabajo mínimo a diario (por ejemplo, una hoja).
 
Algunos mentan la escritura como un músculo que se puede atrofiar.
 
8-. ¿A qué se debe mi dificultad para plasmar las ideas?
 
Si en tu cabeza parece buena idea pero al escribirla pierde todo el interés, puede que la causa esté entre las siguientes:
-Porque te preguntas si merece la pena escribirla (autoconfianza).
-Te obligas a tener un argumento previo y completo.
 
No hay que desvalorizar lo que se hace; respetarse es la base de la fluidez creativa. A su vez, la autoconfianza proviene del convencimiento de que al escribir estás ejerciendo un acto de salud mental y de creación.
 
Y con respecto a tener un argumento desde el principio, ¿tienes la idea o es la primera imagen, el fogonazo que te ofrece una idea? Sólo se puede saber si seguimos escribiendo. Hay que buscar la idea en la página y no en la mente.
 
9-. ¿Qué caminos conectan entonces la mente con el texto?
 
Averigua cuál es el nudo de esa idea que tienes y si tiene posibilidades de desarrollo. Debes saber por qué tratas de contar esa idea y no otra, qué contiene. Si lo descubres, se despliega esa idea, se elabora, se trabaja, se profundiza sobre ella y será natural. La dirección y construcción quedan de mano del autor.
 
-Apunta sin exigirte un resultado inmediato.
-Intenta conectar otros hechos con lo que has apuntado, acumula datos.
-Deja descansar tus notas y luego tiende el hilo que las ordena.
-Desmonta la idea en momentos o en otras ideas.
-Usa hojas independientes. Puede facilitar el proceso al permitir la visualización por separado.
-Colócalas en una mesa, en el suelo y cámbialas de lugar hasta encontrar el mejor orden.
-Por último, escribe el texto en ese orden.
 
10-. ¿Cómo continúo lo que empecé?
 
Transforma tus dificultades en suposiciones (¿hacia dónde podría ir la protagonista? ¿qué otros personajes podrían intervenir?). Es posible que surja una vía para continuar o que compruebes que debes cambiar el punto de vista. No hay que perseguir la lógica, sino escribir.
 
11-. ¿Por qué escribo siempre cuando me siento mal, sobre mí, sobre mis tristezas y mis fracasos?
 
Escribir es apartar la realidad que no te sirve y crear otra, lo cual no significa que escribas sólo si estás mal. Porque puede que no hables de ti mismo directamente, sino refiriéndote a un tercero o repartiéndote entre varios personajes.
 
-Usar la escritura a modo de purga.
 
12-. ¿Por qué adopto el estilo del último escritor que estoy leyendo?
 
Ser influenciable es una actitud natural del escritor. Todo texto es la confluencia de otros muchos. No se escribe a partir de la nada. Ten paciencia. Cuando escribimos como otros ya lo han hecho, en realidad estamos practicando. Ensaya hasta que te descubras en una frase.
 
13-. ¿Cómo combatir el cliché?
 
Te parece que las palabras se alejan cada vez más de lo que quieres contar cuando usas un lenguaje formal o usas tópicos, frases hechas, estereotipos...
 
El secreto es lanzarte de forma natural. Con tu alegría, tu rabia, tus temores, tus ideas más privadas. Combatir los clichés es particularizar los detalles a tu modo. No generalices, no lo cuentes con esa voz neutra del informador, sino como si tratases de contárselo a alguien que estuviera muy lejos e intentases que lo "viera".
 
14-. ¿Acaso no está ya todo escrito?
 
Desde luego no del modo en que tú (que eres único) puedes hacerlo. En ocasiones, habrás leído cuentos de algún escritor que te guste y habrás querido haberlos escrito tú, ¿quién te dice que en alguna ocasión no será otra persona la que diga eso de un cuento tuyo?
 
 
 
Rivadeneira, A. (2008). Jóvenes talentos.
IV Certamen Universitario de Relato Corto.
"Sesenta respuestas a las sesenta preguntas del escritor novel"