martes, 25 de noviembre de 2014

Crónica de la primera sesión (19 Noviembre 2014).

Ocho personas reunidas en una sala. Miriam, Rosalía, Ignacio, Raúl, Andrés, Jose, Miguel Ángel y Javi. Un interés común: querer escribir más y mejor.
Cierta reticencia y unas expectativas algo difusas. Timidez inicial y poca participación para, poco a poco, ir dando rienda suelta a palabras, emociones y letras primero escritas y luego leídas ante el resto de compañeros/as. Intercambio de intereses literarios, confrontaciones de opiniones en un clima distendido y agradable donde tod@s estuvimos muy cómod@s (o, al menos, era lo que se palpaba).
 
La "interpretación psicológica" no tardó en salir pero, sin embargo, no llegué a sentirme como un conejillo de Indias al que están analizando con experimentos de laboratorio porque, realmente, yo también estaba un poco con la "alerta" activada.
 
PNL (Programación neurolingüística -más info: http://es.wikipedia.org/wiki/Programaci%C3%B3n_neuroling%C3%BC%C3%ADstica-), "aprehender" a escribir para canalizar, definir e identificar las emociones. Y hacerlo de la forma "más bella" (incluyendo la "belleza de lo feo"), más salvaje y más de verdad posible.
 
En lenguaje comercial, se habla de "palabras negras" o prohibidas. Cuando el/la teleoperador/a de turno te atiende cuando llamas hecho una furia y desesperado tras haberte pasado más de diez minutos pidiéndole a locuciones automáticas que te atienda una persona humana que te resuelva lo que desde el momento en que lo consigues deja de ser tratado como un "problema" y se convierte en una "incidencia" con solución.
En términos de la "psicología positiva", referirnos a un "problema" despierta nuestro sistema de alerta y nos predispone a emociones negativas. En cambio, si nos referimos a ello como a una "dificultad" en lugar de un "problema" parece como que la cosa se suaviza y ya no es tan dramático.
 
Eso es sólo una de las muchas variables a tener en cuenta que influyen sobre los mensajes que queremos transmitir a l@s demás. No sólo el lenguaje verbal, también  condicionan en la recepción de su contenido todas las vertientes de la cinésica.
 
Andrés cita el refrán de Coser la piel de la foca con huesos de foca, al que todavía estoy dándole vueltas porque no termino de entenderlo del todo; y añade, con una admirable capacidad de síntesis, que, para él, escribir le ayuda al "autorreconocimiento no valorativo". Se puede decir más alto pero no más claro.
 
En general, ante la pregunta de por qué escribimos, tod@s respondimos que, de una forma o de otra, por necesidad; y una necesidad siempre implica una carencia, un dilema -puntualiza Miriam-.
El cristianismo como religión evangelizadora, por ejemplo, se vale de la parábola y cuentan que Lewis Carroll consumía LSD (http://es.wikipedia.org/wiki/LSD), lo que le inspiraría para desarrollar la obsesiva persecución del conejo de Alicia.
 
 
 
 
 
 
 
Se citan también, entre otras, Drácula de Bram Stoker, La comedia humana de Balzac, calificada como "uno de los mayores proyectos narrativos de la historia de la literatura" o Rebeca de Daphne du Maurier, que Rosalía contó haber leído hace años y que alcanzó popularidad con la adaptación cinematográfica de Alfred Hitchcock.
 
Se propone, por otro lado, recuperar el correo postal. Raúl nos cuenta que solía mantener mucha correspondencia con muchas personas y que cada vez escribe menos cartas. Hablamos de que podríamos recuperar esta sana y cada vez más abandonada costumbre mandándonos cartas (en papel, de "las de toda la vida") entre nosotros/as.
 
A colación de los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós como lectura citada por Ignacio, y tras la propuesta de Miriam de que también estaría bien que recuperáramos textos que hubiéramos escrito hace años para completarlos o actualizarlos, Andrés sorprende con una novela que escribía por entregas en plan Herbert George Wells (http://www.psicomundo.com/foros/periodismo/marte.htm) que tituló El robo al trofeo Carranza, prometedor título que nos despertó la curiosidad a todos/as, por lo que pedimos a su autor que intentara localizarla para traérnosla en próximas sesiones.
 
Miriam nos preguntó si nos importaba ser fotografiados, ante lo que Jose dijo que no le gustan las fotos, por lo menos las de cara porque finalmente aceptó que fotografiara sus manos, igual que Rosalía. Andrés prefirió que se fotografiaran los escalones de una escalera como imagen gráfica de sí mismo; y el resto no tuvimos problema (corrección: inconveniente, palabra en positivo) en posar para el objetivo de la cámara. Las fotos serán para una nueva dinámica que realizaremos en la siguiente sesión.
 
A raíz del tema de la fotografía, salió el del arte en general y el de la belleza y la estética, en abstracto. De nuevo, "la belleza de lo feo". Como representante del "realismo sucio", Miriam propone lo soez de las obras de Bukowski (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bukowski.htm), obsesionado por la temática del sexo en su vertiente más animal (La senda del perdedor; Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones o La máquina de follar, son algunas de sus obras junto a recopilaciones de poemas como El amor es un perro del infierno).
 
 
Sin entrar, obviamente, en valoraciones morales, destaca la capacidad de Bukowski de relatar "de una forma bella" ("belleza de lo feo") la violación que un viejo comete con una niña.
Con la escritura se puede llegar a contar algo tan aborrecible como eso, e incluso se puede llegar a hacer cumpliendo ciertos "patrones de exquisitez lingüístico-artística" y obtener un resultado muy interesante a nivel estrictamente literario.
 
Se anticipa la idea de hacer un slam de poesía (http://es.wikipedia.org/wiki/Slam_(poes%C3%ADa) en unas semanas, allí mismo, en la sede de la asociación.
 
Pasamos, después, a realizar la dinámica "Cinco palabras". Miriam nos entrega a cada uno/a un papel con cinco palabras para que las utilicemos como "disparadores creativos", redactando, a partir de ellas y utilizando las cinco, un texto de máximo cinco líneas en verso o en prosa (ella manifiesta su predilección personal por el verso, más aún, por la "poesía existencialista").
 
Los resultados son muy muy interesantes.
 

 
A partir de esta frase del filósofo alemán Wittgenstein, Miriam señala la importancia de saber expresar, verbalizar, pintar, esculpir, teatralizar, etc el mayor número de cosas posibles para enriquecer nuestros mundos lo máximo posible.
 
Me mola la idea y caigo en preguntarme si todos los idiomas tienen el mismo número de palabras en su vocabulario. Antes de preguntarlo en alto, me respondo a mí mismo. Es evidente que no, pero... ¿es muy abismal la diferencia entre una lengua y otra? Esa pregunta ya me parece un poco menos chorrada, y decido hacerla. Parece que la cosa depende del nivel de conceptualismo de cada una. El castellano por ejemplo, es muy rico en semántica y dispone de muchas palabras sinónimas que pretenden resaltar matices, o añadir o restar acepciones.
 
No sé si es de cosecha propia o prestada de cosecha ajena, pero tomé nota literal de una frase que dijo Miriam después y que me gustó (soy un poco Don TomaApuntesRepelente, sí, lo siento): "Escribir es la manera más fidedigna de encontrar un equilibrio entre lo de dentro y lo de fuera".
 
Sigue sorprendiéndome, después, demostrando amplios y metafísicos conocimientos que me hacen tener remordimiento por haberla considerado al principio algo altiva y soberbia (se  lo puede permitir, con lo que, para mí, deja de serlo; además, también he de confesar haber sentido cierta envidia por ver que está llevando el taller mejor de lo que lo hubiera llevado yo, y lo digo de corazón, sin acritud alguna); comentando apuntes sobre la "Filosofía del lenguaje" y remitiéndose al "Libro del Tao" o "Tao Te Ching", del gran -para mí, hasta hoy, sólo "de oídas"- Lao Tse (merece la pena echarle un vistazo a este enlace al respecto: http://www.gorinkai.com/textos/tao.htm) o de "El arte de la guerra" de un tal Sun Tzu -mi fuente está siendo internet (http://www.bradanovic.cl/3stpral.htm), si estoy metiendo la pata, por favor que me lo diga alguien- autor real o imaginario, Confucio (del que también sé poco más que Miss Panamá, "chino-japonés de lo más antiguo", según ella) y la sabiduría oriental.
 

 
He sentido la necesidad de compartir este video por introducir el punto de humor en un post tan coñazo como el que estoy escribiendo porque yo no puedo parar de reírme por más que lo siga viendo, y no tanto por la burla (ya digo, que yo sobre Confucio sé lo mismo que la miss) sino por la nula agilidad de la pobre para salir del paso.
 
Cuando ya todos/as habíamos terminado nuestro texto de cinco líneas partiendo de los disparadores creativos que cada uno había elegido aleatoriamente (los míos fueron: sencillez-mentira-obstáculo-ardilla-búsqueda), Miguel Ángel seguía intentando terminar de darle forma al suyo y, cuando Miriam le preguntó, confesó estar agobiándose un poco porque no estaba siendo capaz de decir lo que quería decir en su texto; así que fue premiado con el recurso de hinchar un globo, escribir sobre él la palabra "agobio" y luego sentarse encima para explotarlo, simbolizando así también la explosión de ese sentimiento (genial la dinámica-performance, me encantó porque además consiguió que Miguel Ángel terminara su texto y nos lo leyera también a los/as demás).
 
Miriam también aprovecha la coyuntura para explicarnos que las taquicardias responden a un sistema de alerta que genera un bombeo mucho más rápido del habitual en nuestro corazón para prevenirnos (más bien avisarnos) de situaciones de peligro, respuesta a un estímulo para provocar la reacción de la alerta. Cositas del complejo sistema nervioso simpático y parasimpático que no siempre nos juega malas pasada. Y como una imagen vale más que mil palabras, ahí van dos que he encontrado con google:
 
 
 
 
Conclusión: salí del taller encantado y con ganas de más. Algo avergonzado por envidioso de Miriam y sus precoces tablas pero con el propósito de reconvertir ese sentimiento en reto e intención de cooperación con ella para aportar lo poquito que yo pueda aportar y "absorberle" a ella el mayor número de información posible (para que luego digan que está juventud no sale preparada de las universidades, acepta este piropo de corazón, Miriam, y mi más sincero agradecimiento por el genial arranque que diste para TU taller).
 
Por mi parte, deseando que llegue el día de la siguiente sesión y con pena de perderme las que haya durante el mes de diciembre.
 
PD.: Ah, que también me llevé de allí el título para este MI blog cuando Miriam dijo que  como a ella no le gustaba entrar en etiquetas o diagnóstico alguno, prefería, en todo caso, hablar de "enfermedad escritora". Yo opino que si hay que reconocer que todos/as tenemos un "tirito dao en er coco" mejor canalizarlo con algo productivo y enriquecedor como la escritura.
 
 
 
 

 


1 comentario: